jueves, 11 de abril de 2013

Lucía Rosa González


Nació en La Palma (Islas Canarias) en 1954. Estudió Magisterio y más tarde continuó Filología Hispánica en La Laguna (Tenerife). Ha dirigido la revista literaria «Pequeños Poetas» (1997-2000), el grupo de teatro infantil «El Roque» (1989-2000) y el grupo teatral «Ana María Samblás» (2002-2003), este último integrado por profesores y alumnos del IES Eusebio Barreto Lorenzo, donde, actualmente, imparte clases de Lengua y Literatura. Ha participado en el proyecto «Leer Canarias» (2006-2010), realizando actividades de animación a la lectura en numerosos Centros de Enseñanza de Canarias. En 1991, la obra Mujeres dominantes, hombres obedientes obtiene el Primer Premio de Teatro «Santa Cruz de La Palma» y Tres mujeres y una historia es Mención Especial, en 1992, en el citado certamen. Ha publicado los libros de poemas Casta de rosas ausentes (1995), Premio de Poesía «Pedro García Cabrera» en 1994. De dónde el vuelo (1998) y Sueños de qué mundo (2003), finalista del Premio Internacional de Poesía de Santa Cruz de La Palma, 2000. En teatro ha publicado Otro son, otra danza (2001), que incluye además la obra Auténticos bohemios, ─lecturas recomendadas, en 2008, por la Biblioteca Pública del Estado en Santa Cruz de Tenerife─ además del libro de teatro infantil Adónde van las brujas (2008). Y los libros de cuentos infantiles Donde el volcán nace (2005 y 2008), La niña de pimienta seca (2007 y 2010) y Javier es una estrella (2007 y 2008).

Ediciones Idea ha publicado, dentro de la colección Vid Nueva, su último libro de poemas, titulado Páginas trasladadas. Esta obra se estructura en tres partes: «Las llagas de lo bello», «Inexorable resonancia» y «Lo que dicen las hojas». En ellas, los temas se constituyen a partir de la relación entre la memoria enraizada en los elementos de la naturaleza con la conciencia poética que estos elementos despiertan en la poeta. Por otro lado, las vivencias de la realidad la inducen a la ensoñación hasta culminar en el universo de la imaginación. 

La música de los sonidos naturales aparece formando parte de la mayoría de los poemas, y este rasgos de sus versos discurre en simbiosis y no como discurso paralelo: «La música de fondo que aún resuena, / ¿era acaso ficticia, / o contenía el tiempo en que la isla / se extendía en el viento y aún se extiende / como roca inmolada / bajo un golpe de mar?». 

La autora percibe el aliento poético en la niebla, los cactus, las montañas, los barrancos y formula preguntas al castaño o las rocas o se interroga y reflexiona, o dialoga, amparada en la observación sensorial, con los entes naturales con los que ha convivido desde siempre: «¿Acaso el pensamiento del castaño/ trascendía la sed, / inventándose el agua inexistente / como arroyo de sueño / en nuestra mente seca?...». 

Y no es en la mera contemplación donde Lucía Rosa González se detiene, sino en el gesto devorador de la niebla sobre la cumbre: «La lluvia horizontal/ engulle la montaña. / La montaña está dentro / del vientre de la lluvia…», o en la concepción enigmática que los seres naturales le conceden: «Y lo que sucedía/ no eran cosas del mundo que suceden./ ¿Ascendía la higuera?/ ¿A quién asían sus ramas ya sin higos?...». Estos frecuentes enigmas conducen a intensificar lo imaginario en la última parte del libro: «La imagen acontece. / El hombre o su silueta/ lanza al almendro piedras./ La imagen se detiene…».


Lucía Rosa González participa en el proyecto Somos solidarios con los siguientes microrrelatos: «La papa» (Minitextos comprometidos), «Te cuento: » (Minitextos para sonreír), «El otro» (Minitextos de amor y lujuria).

Página de facebook de Lucía Rosa González: 

https://www.facebook.com/luciarosa.gonzalez.9?fref=ts

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